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martes, 22 de julio de 2025

La Feira das Marabillas regresa con dragones, gaitas y mucho lume: cinco días de fantasía medieval en la Cidade Vella

Del 23 al 27 de julio, Koruña viaja de nuevo al pasado para celebrar su cita más máxica del verano: la Feira das Marabillas, que este 2025 alcanza su 29ª edición. Durante cinco días, el casco histórico se transforma en un vibrante escenario medieval lleno de música, fuego, personajes fantásticos y un ambientazo que hace imposible no dejarse llevar.

La inauguración será este miércoles, día 23, a las 12.00 horas en la plaza de Azcárraga, y poco después arrancará el primer pasacalles de la edición, con todas las compañías desfilando hasta María Pita. Como gran novedad, este año participan los Sbandieratori e Musici de Santa Rosa de Viterbo, una troupe italiana espectacular que mezcla trompetas, tambores y coreografías con banderas que parecen volar por el cielo coruñés.

La programación es amplia, variada y gratuita. Desde la mañana hasta la noche, la Cidade Vella será un hervidero de zancudos, bufones, elfas, gaiteros, malabaristas y hasta dragones. Habrá espacios para todos: conciertos, espectáculos de fuego, títeres, cuentacuentos y un rincón especial para as pícaras e pícaros en María Pita, con talleres y actividades pensadas para los más peques.

Grandes citas y mucho lume

Entre las citas destacadas está el encuentro de música medieval del jueves 24 a las 20.30 horas en la Iglesia de Santiago; los espectáculos nocturnos de fuego de compañías como Grus Grus, Artimaña o Alan Nick; y los pasacalles de gran formato "Cazadores de Dragóns", que prenderán la noche del jueves y viernes a las 22.30.

El viernes promete ser una jornada especialmente animada, con el Bufón Vermello y su “Santísima Trinidade” recorriendo las calles, y Treefolk y Turdión llenando la plaza de Azcárraga y Bárbaras con su música medieval. El sábado llega con duendes, leprosos curiosos, gaitas prohibidas y un gran dragón al que despediremos con honores.

El domingo 27 será la traca final, con marionetas, pasacalles y el espectáculo colectivo "Despedida ao Gran Dragón" a las 21.30 horas, con todas las compañías participantes despidiéndose del público… hasta el año que viene.

Mucho más que un espectáculo: una tradición con historia

Esta fiesta no es solo colorido y animación: tiene raíces profundas. Su origen se remonta a 1502, cuando un incendio devastó la entonces Ciudad Vieja. Para ayudar en la recuperación, la Corona de Castilla  concedió a la ciudad realenga de Koruña el privilegio de celebrar una Feira Franca, un evento comercial libre de impuestos para fomentar el comercio. Duraba 30 días, desde el 15 de julio al 14 de agosto.  Con el paso de los siglos, la feria dejó de celebrarse hasta que el en año 1993, la UNED dentro de sus cursos de verano la recuperó con una representación de un mercado medieval en el centro histórico de la ciudad. Ese fue el germen de lo que hoy conocemos como Feira das Marabillas.


Además de la parte artística, la feria tiene un claro objetivo: dinamizar el comercio local, especialmente en los meses de verano, y mostrar al mundo que la Cidade Vella está más viva que nunca. Para ello, además de los espectáculos, no faltarán los puestos de artesanía, productos locales, gastronomía tradicional, quesos, embutidos y dulces que harán las delicias de quienes paseen por las calles.

Y este año, además, con mejoras en el aspecto logístico y medioambiental, como nuevas papeleras de cartón y una organización cada vez más cuidada para que la experiencia sea cómoda y respetuosa con el entorno.


Así que ya lo sabes: si eres koruñés, no tienes excusa para no pasarte por la Feira das Marabillas. Y si eres de fuera… ¿qué haces que no estás ya buscando tren, bus o lo que sea para venirte a vivir la magia medieval de Koruña?

Las grandes citas que no te puedes perder.


Miércoles 23 de julio

Inauguración. Plaza de Azcárraga, 12.00 horas.

Nazareth, danza del vientre. Plaza de Azcárraga, 13.45.

Grus Grus, «A elfa Cuca». Plaza de la Constitución, 14.15.

Teatro infinito, Títeres. Plaza de María Pita, 17.45.

Gálata, gaitas y tambores. Plaza de María Pita, 19.15.

Sbandieratori e Musici. Itinerantes, 20.15.

Gaeloc, concierto. Plaza de Azcárraga, 21.30.

Artimaña, «Loita de Elementos». Lume. Plaza de las Bárbaras, 22.15.

Alan Nick, «Isto queima». Lume. Plaza de las Bárbaras, 23.00.


Jueves 24

Gálata, pasacalles musical. Itinerantes, 11.30.

Nazareth, danza del vientre. Plaza de Azcárraga, 12.15.

Teatro infinito, títeres. Plaza de María Pita, 12.15.

Kabayla Zyngari, «Sons de Oriente». Itinerantes, 14.10.

Gálata, concierto. Plaza de la Constitución, 19.00.

A todo trapo, Duendeando. Plaza de Azcárraga, 20.15.

Encuentro de música medieval. Iglesia de Santiago, 20.30.

Grus Grus, «Almas do inframundo». Aéreos e Lume. Plaza de la Constitución, 23.00


Viernes 25

Bufón vermello, «Santísima trinidade».  Itinerantes, 11.45.

Grus Grus, «A dama do aire». Aéreos. Plaza de la Constitución, 13.50.

Grus Grus, «Os demos». Itinerantes 18.00.

Luisete, «A trupete». Itinerantes, 18.15.

Teatro infinito, Títeres. Plaza de María Pita, 19.30.

Treefolk, concierto. Plaza de Azcárraga, 20.45.

Varios artistas, «Cazadores de dragóns». Itinerantes, 22.30.


Sábado 26

Actuación de Alan Nick, «Zurco, o xorobado». Itinerantes, 12.00.

A todo trapo, Duendeando. Plaza de la Constitución, 13.50.

Artimaña, «O leproso curioso». Itinerantes, 14.15.

Teatro infinito, Títeres. Plaza de María Pita, 19.15.

Treefolk, «Gaitas prohíbidas». Itinerantes, 21.45.

Bufón Vermello y Treefolk, «O gran dragón». Itinerantes, 22.45.


Domingo 27

Teatro infinito, Títeres. Plaza de María Pita, 13.50 y 19.30 horas.

Turdión, concierto. Plaza de Bárbaras, 13.30.

Treefolk, pasacalles musical. Itinerantes, 17.30.

Turdión, gaitas y tambores. Itinerantes, 18.30.

Grus Grus, «A elfa Cuca». Plaza de la Constitución, 13:50.

Artimaña, «Morazimer o druida». Itinerantes, 19.00.

Nazareth, danza del vientre. Plaza de las Bárbaras, 20.45.

Cierre. Plaza de María Pita, 22.30.

Programación completa


¿Feria medieval o rastro hippy disfrazo? Una reflexión tras pasar por la Feira  das Marabillas

La Feira das Marabillas, que estos días vuelve a supepoblar las calles del casco histórico de Koruña, presume de sumergirnos en un viaje al Medievo entre el 23 y el 27 de julio. Sin embargo, para quienes esperamos encontrar algo más que puestos de incienso, jabones aromáticos, queso de tetilla, chapas, puestos de patatas fritas o bollería y tiaras de hadas, la experiencia deja bastante que desear.

He paseado hoy por su recorrido, como cada año, con la esperanza de toparme con un rincón que de verdad evocase algo del pasado medieval de nuestra ciudad: un rincón en el que escuchar una misa cantada en latín, ver una forja encendida en directo, aprender sobre el arte de los copistas o de la sapienza de un cantero o incluso asistir a una representación teatral basada en crónicas medievales gallegas. Pero lo que me he encontrado ha sido, básicamente, un mercadillo con disfraces medievales, un antroido con temática de la Edad Media.

Y no es una exageración. La mayoría de los puestos podrían estar perfectamente en cualquier rastro de domingo: jabones artesanales (algunos con etiquetas modernas), comida de feria sin contexto histórico (hasta llegada de América) bisutería que más bien evoca a Ibiza que al siglo XIII. Todo ello acompañado de vendedores con chalecos de poliéster, pantalones vaqueros y una diadema con cuernos de gomaespuma como único guiño al Medievo. Ni rastro de rigor, ni rastro de historia.

Lo medieval como decorado

Este fenómeno no es exclusivo de Koruña, pero sí llama la atención en una ciudad con tanta historia como la nuestra. La Edad Media no es un decorado, ni una excusa para colocar tenderetes. Es un periodo larguísimo, complejo y riquísimo en cultura, arte, religión, economía y sociedad. Reducirlo a “cuatro capas, unas espadas y escudos, una gaita y un tambor” es una oportunidad perdida, y casi una falta de respeto a nuestro propio pasado. Los organizadores han estado reptiendo el mismo guión año tras año, sin aportar nada nuevo y repitendo lo mismo sin que haya ningún aliciente para ir a ver uno de los grandes acontecimientos del verano en la ciudad. Los organizadores han tirado por lo fácil, por lo sencillo y han preferido elegir la cantidad a la calidad. Cuanto más número de puestos y gente circulando por las calles mejor, aunque el resultado sea un circuito por calles estrechas con puestos que ofrecen comida y artesanía al que le podrías poner cualquier temática con tal de cambiar los disfraces, desde la época romana a las Guerras de las Galaxias o el mayo del 68... La cultura, la capacidad para apreciar los detalles de lo que se pretende recrear, después de un trabajo hecho con cuidado, atención y conocimiento no han sido nunca del interés de quiénes han repetido el mismo espectaculo verbernero y pueblerino, carente de gusto y arte, año tras año.   

¿Y si miramos hacia fuera?

Por comparar, miremos lo que ocurre en otros lugares que se toman más en serio este tipo de eventos:

  • En Provins (Francia), ciudad Patrimonio de la Humanidad por su arquitectura medieval, la feria medieval se celebra con grupos de recreación histórica, conferencias, torneos, banquetes documentados y un estricto código de vestimenta para los participantes. Allí, si vas con gafas de sol y camiseta, no entras al recinto.

  • En Visby (Suecia), durante la “Medeltidsveckan”, se recrea una ciudad medieval entera durante una semana, con batallas simuladas, talleres de escritura con pluma, fabricación de papel, herrería y un fuerte componente didáctico. Se implican escuelas, universidades, asociaciones históricas y hasta músicos que interpretan piezas documentadas del siglo XIII.


Feria medieval de Visby

  • Incluso más cerca, en Ávila o Sigüenza (España), los ayuntamientos trabajan en colaboración con historiadores, asociaciones de recreación y vecinos para generar contenidos de calidad, donde la gastronomía, la música o el vestuario tienen una base investigada.

Feria Medieval de Sigüenza

Estos son ejemplos de ferias asequibles a los objetivos que debería tener la Feira das Marabillas, porque si vamos a buscar proyectos más serios podríamos  encontrarnos las enormes recreaciones históricas de Puy du Fou tanto el de Nantes como el de España. 

Koruña merece más

¿No podría Koruña, con su historia vinculada a las revueltas irmandiñas, su muralla, su trazado medieval, y su catedral románica a un tiro de piedra, aspirar a algo más que tenderetes, castillos de cartón piedra y pulseras con motivos celtas?

Sí, claro que podemos tener un evento popular, abierto y alegre. Pero eso no está reñido con el rigor ni con el respeto al contexto histórico. Lo que falla aquí no es la intención —que seguramente es buena—, sino la falta de contenido, de relato y de exigencia.

Porque al final, una feria histórica debería ser una experiencia inmersiva, educativa y evocadora. No un rastro maquillado o un rastro disfrazado. Y ahora mismo, la Feria de las Marabillas de Koruña se parece más a un bazar estio New Age mezclado hibridado con verbena de pueblo que a una conmemoración medieval.

A ver si para el año que viene leemos menos "marabillas"  en el nombre y vemos más historia en las calles.

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