El Tratado de Libre Comercio UE-EE.UU. (TCL)

Galicia no está teniendo un balance positivo con la globalización. Su desindustrialización, la pérdida de su poder financiero, la venta o desaparición de empresas y su escasas oportunidades para competir en el futuro con otros partes del planeta son algunos de los problemas que hunden a Galicia y la dejan al margen de los grandes ejes del desarrollo a la espera de la llegada de inversiones de multinacionales que hagan lo mismo que han hecho en países subdesarrollados.

Más globalización

El proceso de apertura de mercados lejos de limitarse continua amenazando con ir derribando cualquier barrera que se le quiera poner y condenado al ostracismo a todo aquel país o región que obstaculice esta tendencia. Ahora, Estados Unidos pacta con la Unión Europea crear la mayor zona de libre comercio del mundo que incrementaría las exportaciones e importaciones entre Europa y América (en 2012 Europa exportó a Estados Unidos 291000 millones de euros en bienes). 

Los grandes tiburones de las multinacionales están al acecho para pegarse un buen festín haciéndose con los pequeños mercados para introducir sus productos de manera masiva sustituyendo a los habituales o poniendo a los tradicionales su sello (algo ya vivido con la Unión Europea). El lado positivo es que nuestras grandes empresas y pymes podrán ampliar el alcance de sus exportaciones.De momento, se está vendiendo este acuerdo como una gran oportunidad para salir de la crisis, especialmente para los países del sur (aunque teniendo en cuenta las nefastas consecuencias de las últimas medidas liberales, deben estar ocultando el olor a gato muerto). 

La oportunidad para Koruña

Al margen de las alianzas muy poco proeuropeas entre anglosajones, de la muy europea Alemania (tanto como para ejercer su dominio total) y de la desconfiada Francia que también juega a los imperios, España podría sacar beneficio de esta posible apertura de mercados (desgraciadamente siempre vamos a regazo de lo que decidan otros países sin haber aprovechado la conexión histórica con Latinoamérica). 

El binomio de los puertos exteriores Koruña-Ferrol más el ficticio Supermegapuerto Ártabros (sacrificando el medio ambiente en la Ría de Ares) se podría subir a esta nueva ola hipercapitalista haciendo realidad con el clúster portuario la Ciudad de las Rías (puentes sobre las rías incluido), La Nueva Artabria del siglo XXI con la que se logre crear uno de los más importantes polos de comunicación marítima y aeromarítima (aerobuques) entre Europa-América-Asia. Tenemos la rampa de lanzamiento mejor situada de Europa, nos faltan las vías de comunicación por tierra (tren) para ir arrancando con fuerza. 

¡Eureka! La ciudad de las Rías, la Nueva Artabria, el megapuerto que conectará América con Europa

Superpuente sobre las rías conectando Koruña-Ferrol

Para subirnos a la ola y agarrarla bien necesitamos desempolvar los astilleros ahora con un futuro muy incierto por el lío que tenemos con Europa. España necesita exportar, Europa necesita una nueva flota de grandes y rápidos buques capaces de transportar la inmensa cantidad de productos que irán de un lado a otro del Atlántico. Los astilleros del norte y el sur tienen que volver a echar humo para fabricar la más potente flota de cargueros que unan las dos costas del Atlántico. ¿Quedaremos otra vez relegados a ser una zona de comunicación secundaria?  Si es así, nos queda la otra vía, la de encontrar una alternativa a la globalización con una economía más sostenible y respetuosa con el medio ambiente aunque esto no sea tan fácil como lo suelen pintar.