Tras años de lucha ciudadana, los buses interurbanos lograron entrar en el corazón de Koruña. Un paso histórico para la movilidad de miles de personas que, desde las afueras, por fin podían llegar al centro sin depender de transbordos infinitos ni del taxi. Pero cuando parecía que el sentido común había vencido, los detractores vuelven a la carga.
Ahora, la polémica se centra en la futura parada de Correos, que sustituiría a la de Entrexardines. Colectivos vecinales, técnicos de movilidad y hasta representantes del mundo crucerista alzan la voz con un argumento recurrente: “es incongruente humanizar el centro y, a la vez, meter tráfico pesado”.