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martes, 26 de agosto de 2025

Buses metropolitanos ante su avance en la ciudad: ¿humanización o elitización del centro de Koruña?

 Tras años de lucha ciudadana, los buses interurbanos lograron entrar en el corazón de Koruña. Un paso histórico para la movilidad de miles de personas que, desde las afueras, por fin podían llegar al centro sin depender de transbordos infinitos ni del taxi. Pero cuando parecía que el sentido común había vencido, los detractores vuelven a la carga.

Ahora, la polémica se centra en la futura parada de Correos, que sustituiría a la de Entrexardines. Colectivos vecinales, técnicos de movilidad y hasta representantes del mundo crucerista alzan la voz con un argumento recurrente: “es incongruente humanizar el centro y, a la vez, meter tráfico pesado”.

Años de lucha

Antes de 2017 los buses interurbanos no pasaban de la Estación de Autobuses, la menos hasta después de las 9 de la mañana. La Xunta en línea a reforzar el transporte entre localidades de diferentes ayuntamientos propuso facilitar la movilidad metropolitana y permitir la llegada de estos buses hasta el centro de Koruña. No fue fácil conseguir que el muro cayera. El PSOE local se opuso protegiendo los intereses económicos de la empresa privada de Tranvías, encargada del único transporte urbano en la ciudad. Poco parecía importar la demanda de muchos usuarios cansados de bajarse en una estación de buses para luego subir las escaleras para ir a patita o esperar un transbordo en un bus que lo llevara al centro (antes no había no esa posibilidad).  

El argumento oficial

El Concello defiende que el traslado responde a estudios técnicos y de movilidad, y recuerda que se ejecutará en la última fase de la reforma de Entrexardines. La nueva terminal estaría en la calle Alcalde Manuel Casas, en plena Marina.

Los críticos, sin embargo, ven contradicciones graves. Denuncian que se modifica la urbanización de la zona —con hormigón armado para resistir el paso continuo de vehículos pesados y aceras reducidas en puntos clave— y que se pone en riesgo la pacificación lograda en los Cantones.

Las alternativas

Algunos colectivos proponen mantener, de forma provisional, la parada en Entrexardines o moverla al muelle de Calvo Sotelo, a la altura de la plaza de Ourense. Consideran que ese espacio es céntrico, estratégico y compatible con el futuro proyecto Coruña Marítima, además de menos invasivo para la zona peatonalizada.

Otros van más allá y reclaman que los buses interurbanos vuelvan a quedar recluidos en la estación de autobuses, como ocurría antes, para que el viajero asuma un transbordo urbano o taxi hasta el centro, a pesar de que los datos demuestran que el servicio ha mejorado y los viajeros han hecho la parada de Entrexardines una de la más utilizadas para salir o entrar en la ciudad.  Una visión que no pocos señalan como clasista, pues aleja del corazón de la ciudad a quienes vienen de fuera, reservando el centro a residentes, taxis y cruceristas.0

A pesar de la oposición, los buses interurbanos llegaron al centro de Koruña para quedarse. Estación de Entrexardíns

La visión crucerista

El gerente de la terminal de cruceros, Luis del Moral, advierte incluso de riesgos de seguridad: medio millón de cruceristas y 200.000 tripulantes pasan cada año por el muelle de Trasatlánticos, y mezclar ese flujo con buses metropolitanos “puede ser peligroso”. A su juicio, los koruñeses pagan impuestos y no hay por qué facilitar el acceso al centro a quienes vienen de fuera.

Una batalla más profunda

El fondo del debate no es solo una parada. Se trata de qué modelo de ciudad queremos:

  • ¿Una ciudad cerrada sobre sí misma, donde la humanización se traduce en exclusión de quienes llegan de los municipios del área?

  • ¿O una metrópolis real, cohesionada, donde el transporte público sea la columna vertebral de la movilidad interurbana?

La oposición actual recuerda demasiado a los viejos tiempos en los que se defendía que los buses quedaran “bien lejos”, en la estación. Hoy, con argumentos de “humanización” o “peligro para turistas”, se vuelve a intentar apartar a la gente de las afueras del corazón de Koruña.

Tras décadas de lucha para que los autobuses interurbanos pudieran llegar al centro de Koruña, ahora que lo hemos conseguido, resurgen viejos enemigos con los mismos discursos disfrazados de modernidad. Lo que antes se decía sin pudor —que los buses debían quedarse en la estación a kilómetros del centro, para comodidad de unos pocos y beneficio de ciertos lobbys— ahora se reviste de palabras bonitas: humanización, protección del peatón.... Palabras nobles que, en boca de según quién, acaban cargadas de mentiras por espurios intereses egoístas de unos pocos.

Porque seamos claros: ¿qué hay más humano que acercar a la gente al corazón de su ciudad? ¿O es que “humanizar” significa expulsar a los humanos de carne y hueso —los que vienen de los pueblos y barrios, los que no pueden pagar taxis ni soportar largos transbordos— y reservar el centro para cruceristas, terrazas, bancos y pisos turísticos?

Traslado propuesto de la parada de autobuses interurbano. 

Los argumentos de siempre, con traje nuevo

Algunos colectivos alertan de que los buses metropolitanos traerán “tráfico pesado” a la Marina, “peligro para los cruceristas” y “deshumanización” del entorno. Hasta el gerente de la terminal de cruceros se permite dar lecciones: los koruñeses pagan impuestos, los de fuera no. Como si los que vienen de Culleredo, Arteixo o Cambre fueran una especie de invasores molestos, cuando en realidad forman parte de esta misma área metropolitana que sostiene la ciudad día a día.

Y ahí está la trampa: se apela a la movilidad sostenible, a la bici y al paseo a pie, pero a condición de que los sacrificados sean siempre los mismos: la gente trabajadora de la periferia. La élite del centro no renuncia a sus taxis, ni a los buses discrecionales que llenan los Cantones para recoger cruceristas, ni a las decenas de furgonetas de reparto que circulan sin problema. Pero claro, ¡qué molestia que lleguen los buses de los pueblos al lado de Correos! Eso sí es “deshumanizar”.

Humanización selectiva = exclusión social

Lo que se propone en realidad es un modelo de ciudad clasista: un centro convertido en parque temático para turistas, cruceristas y residentes con dinero o su coche particular, y una periferia que asuma los costes de moverse en una red de transbordos y rodeos interminables sin posibilidad de acceso en su coche (para el que lo tenga). A la gente mayor o con movilidad reducida, que se baje en Entrexardines o más lejos (mejor que no pasen de la estación de buses) y que camine si puede hasta el siguiente bus, si es que es mucho a pie. Y si no, siempre quedará el taxi. Blanco y en botella: negocio privado frente a servicio público.

Koruña necesita un transporte público digno, no un centro de escaparate

La verdadera ciudad humana es la que piensa en todos sus habitantes, no solo en quienes viven o hacen negocio en el centro. Una metrópolis como Koruña y su ría necesita buses interurbanos que entren de verdad en la ciudad, con más frecuencias, recorridos que entren bien en todas las localidades de los alrededores, e incluso con líneas circulares, 24 horas, nocturnas, con los carriles de circulación exclusiva para los autobuses que en Koruña brillan por su ausencia o por su paulatina desaparición, alternativas reales al coche privado, ahora que queremos reducir el tráfico por la ciudad que se caracteriza por su caótica circulación de vehículos. Y necesita recuperar proyectos valientes, como aquel tranvía metropolitano que uniría la Ría do Burgo con el corazón de Koruña.

Porque sin un transporte público fuerte y bien conectado, no hay cohesión metropolitana más allá del Puente de Pasaje, solo una división artificial entre los “señoritos del centro” y la mayoría social que cada día viene a trabajar, estudiar o vivir la ciudad.

Así que dejémonos de cuentos: no es humanización lo que algunos defienden, es elitización. Y mientras tanto, los habituales usuarios de buses interurbanos siguen peleando por un derecho tan básico como llegar al centro de la ciudad.

En 2011  se propuso, en un concurso de ideas municipal, algo visionario: que los buses interurbanos llegasen hasta las antiguas cocheras de los tranvías, haciendo un recorrido circular por la ciudad por el Paseo Marítimo que atravesaría por un carril bus subterráneo tipo min-metro. 

La pregunta sigue en el aire: ¿quién manda en el centro de Koruña? ¿Los cruceristas, los vecinos con miedo al ruido, los lobbys del taxi y la Compañía de Tranvías, o la ciudadanía que necesita llegar desde el área metropolitana?

Humanizar no debería significar expulsar a las personas. Y mucho menos condenar a miles de viajeros a quedarse a kilómetros del corazón de la ciudad. Si queremos una Koruña abierta, viva y cohesionada, el bus interurbano debe llegar al centro. Lo contrario sería volver atrás, al feudo de unos pocos.

En este blog siempre se ha luchado por la mejora del transporte interurbano y ha por supuesto se ha defendido la idea de que este entrara hasta el centro antes de que la Xunta lo hiciera posible


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