Me topé el otro día con el librako de Xosé Castro, "La r-evolución de A Coruña", digo librako porque el condenao pesa un quintal. Todavía me duele el brazo de sostenerlo.
Castro ha hecho una recopilación enorme de fotos comparando el antes y después de la ciudad. Ojito a la impresión del resultado. Hablamos de un espacio de tiempo de 30 a unos 10 años años. En ese periodo de tiempo los cambios si que se han notado y este es un buen ejemplo para tener noción de lo que ha pasado en España durante las últimas 3 décadas. Las mejoras han sido muy evidentes.

El kaos urbanístico, muy evidente en la actualidad, desentonaba mucho menos hace 30 años. La ciudad había crecido mucho en poco tiempo, recogiendo población inmigrante, mucha procedente del campo, que se fue asentando como pudo en la estrecha franja de tierra rodeada de mar. Las construcciones baratas, el chavolismo, amplias zonas marginales sin apenas servicios (luz, agua, aceras, accesos) formaban un cinturón que rodeaba a la ciudad. Pobreza, drogadicción, marginalidad, prostitución, atraso...
Llama la atención que una cosa quizás estaba mejor que ahora. Eso era la existencia, aparente, de más industria repartida por toda la urbe sin importar su efecto visual. Kizás, hoy parte de esa industria esté en los polígonos industriales. Puede que el Made in Koruña fuera más habitual que ahora con tanta empresa e industria que se larga afuera para hacer lo que alegremente practicaban en estos lares hasta no hace mucho (véase Inditex).
Los vertederos y salidas de aguas fecales se veían de aquí para allá sin que pareciera haber ningún control. La ciudad estaba mucho más encerrada, vivendo más de espaldas al mar.
Castro captó con su objetivo estampas de alucine. Recuerdo unas cuantas... por ejemplo, el chatarrero que vivía debajo de la
Torre de Hércules con su colección de coches destartalados. No muy lejos de allí y de 2012, un agricultor araba con sus arado romano y sus bueyes un campo con la Torre de Hércules al fondo (Castro se sorprendía de que algo así ocurriera casi en el siglo XXI). El autobús de la droga también formaban parte del glamour que acompañaba al que hoy es Patrimonio de la Humanidad (aquello parecía sacado de una peli de neorrealismo italiano, precisamente cerca de allí vivía un tal Chucho con su bar. Este Chucho, desconozco si sigue vivo, se parecía mucho al De Sica y cuando iba al bareto siempre me daba la misma impresión al verle la cara y actuar, que estaba dentro de una película).

Donde hoy vemos el Millenium, había chavolas. En San Roque la sostenibilidad de Koruña estaba garantizada por las casetas y casuchas granjeras en las que podías encontrar todo tipo de bichos. Algunos acababan en Riazor tras un fuerte temporal. Lo que es hoy 4 Caminos, era un conjunto chavolas. Ke decir del Papagallo!!! Astilleros donde hoy atracan trasatlánticos... Emisarios de aguas fecales en zonas en las que hay limpias playas.
Castro cambió la visión que tenía de Koruña. Esta ciudad que ahora se ha llenado de centros comerciales parece haber olvidado su realidad social, esa que se ha tapado en parte con nuevos edificios y obras nuevas que tanto han mejorado su aspecto. Digo yo que parte de este milagro habrá sido el dinero que nos llegó de Europa y con el que se construyó mucho porque no creo que en otros aspectos como es el de la productividad, creación de empresas o industrias hayamos mejorado tanto (igual todo lo contrario).
Entrar en la CEE nos acercó más a Europa. La Koruña de hace 30 años era más parecida a una urbe de sudamérica o del sudeste asiático que de occidente. En estos tiempos de Krisis, me pregunto si esa fachada, con la que han alicatado toda España, se caerá. Nos advierten de nuestra pervivencia en la Europa del euro. Fuera de ese oasis, acostumbrados a las subvenciones y a vivir del cuento, temo que las estampas de Xosé Castro vuelvan a emerger en lo que me quedar por ver del siglo XXI.
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