El Ayuntamiento "Kuruñés" en su errre que erre con el innovador proyecto de circulación urbana con el objetivo de que el ciudadano pueda seguir abusando el uso indiscriminado del coche hasta para entrar en la cocina (podría ser una idea, baretos-cars), nos intenta vender la moto de que cargarse los carriles bus ha sido un hecho sin parangón y la entrada de la ciudad en el siglo XXII. Para ello ya tenemos a la ciber-policia que emulará a los de la Unidad de Precimen ayudados del supersistema computerizado capaz de vigilar al ciudadano infractor al que le sancionará con una buena multa y un gruazo.
Mientras en otras ciudades civilizadas lo de poner camaritas es algo denunciado, en Koruña se estimula su proliferación con karalladas como este "innovador" sistema de gestión del tráfico que en la práctica es irrealizable.
Pero nada, amijos, a imaginarnos que la pachorrenta poli de kaskarillelandia tienen la rapidez y eficiencia de Tom Cruise con Schubert puesto en el hilo musical. A seguir chupándose el dedo.
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