Multas por cacas y pises de perro: fin del "hoy te dejo pasar"

Se acabó el mirar para otro lado. Desde este lunes, la Policía Local de Koruña ha pasado del aviso a la sanción. Después de repartir 10.000 portabolsas, 5.000 botellas y escuchar quejas vecinales en todos los saraos públicos, el Concello ha dicho basta: empiezan las multas serias para los dueños de mascotas que no recojan los excrementos ni diluyan los orines. Y esta vez, parece que va en serio.

Hasta ahora, la cosa se parecía más a una obra de teatro que a una campaña real: anuncios, carteles, buenas intenciones… pero apenas 6 sanciones por “molestias animales” en todo 2023. Un número tan bajo que podría confundirse con una errata. Sin embargo, solo esta primera semana de actuación policial de paisano se han impuesto 17 multas de 100 euros cada una. Es decir, más que todo el año pasado. El cambio de política es evidente: del "por favor, recoja eso" al "se lo va a decir el 092".

Y es que la situación era ya un grito contenido en los barrios. Vecinos hartos de ver su calle convertida en un circuito de obstáculos marrones, plazas marcadas por charcos ácidos y paseos donde se impone más la vista al suelo que al mar. El civismo, ese gran ausente. A día de hoy, el Concello gasta unos 360.000 euros anuales en limpiar diez toneladas de excrementos caninos. ¿Te lo imaginas todo junto? Pues ellos lo recogen.

La ordenanza de bienestar animal, en vigor desde octubre de 2023, ya establecía la obligación de llevar botella de agua para diluir el pis. Pero hasta ahora, nadie había sido sancionado por ello. Como dijo la concejala de Seguridad, Montserrat Paz, eso también se multa. Y visto lo visto, esta vez parece que sí habrá consecuencias. Las sanciones oscilan entre 100 y 500 euros, y en casos graves o reincidentes, pueden alcanzar hasta 30.000 euros. Aunque de momento, nadie ha llegado a tanto.

El problema de fondo es también social. Koruña tenía en enero 31.521 perros registrados, 400 menos que el año pasado, pero aún así muchísimos. La convivencia, cuando se ignoran las normas básicas, se resiente. Y la ciudadanía, que ya convive con ruidos, tráfico, alquileres abusivos y terrazas que crecen como champiñones, lo último que necesita es pisar una caca antes de entrar en casa.

Así que, ahora sí, se acabó el juego del despiste. El Concello ha dicho que va a multar "sin piedad" y parece que lo está cumpliendo. En esta nueva etapa, el que no lleva botella o bolsa, que se prepare el bolsillo. ¿Que es una pena que haya que multar? Sí. ¿Pero más pena da que tu calle huela a pipí.

Veremos si el verano —con más paseos, más terrazas y más calor— trae también más civismo. Por si acaso, coruñés, cuando salgas con tu perrete: lleva la botella, lleva la bolsa y lleva cuidado. Porque ahora el agente está en chanclas y de paisano.