De venerables en los años dorados a delincuentes

Fueron años los 80 y los 90 en los que Koruña y sus alrededores experimentaron una transformación como pocas veces se ha visto a lo largo de su historia. Eran años para el optimismo, tras décadas de ostracismo y dictadura, España gozaba de una democracia ejemplar y dejaba de ser un apéndice de Europa al integrarse en el selecto club de la Comunidad Económica Europea y la OTAN. Más adelante, este impulso nos condujo a seguir pidiendo más Europa con la sustitución de la peseta por el euro. El dinero procedente de Europa entró de lleno a cambio de aceptar las condiciones de  los europeos y de ahí se ha ido sacando para grandes urbanizaciones, el paseo marítimo, el Puerto Exterior, la remodelación de Alvedro o la llegada del AVE. Eran años de pujanza, de la polis Koruñesa que incluso presumía de un equipo de fútbol capaz de ganar hasta una Liga al Madrid y al Barcelona.

Como todos sabemos, en todo este desarrollo hubo más de especulación y pelotazos que racional planificación. Ahora, en este periodo deflacionario, de crisis perenne y  recortes afloran las antes disimuladas corrupciones. Aquellas personas más representativas de la sociedad koruñesa han pasado de ser personas venerables a vulgares delincuentes o como se les suele llamar últimamente, chorizos. Eso podemos decir del ínclito Gerardo Crespo, una persona muy activa en el asociacionismo de la ciudad, incluso había creado un premio para elegir al koruñés del año, generalmente un político. El empresario altruista y filántropo se cayó del pedestal al hacerse público sus negocios ilícitos a costa del dinero público. De abrazar a políticos ha pasado a denunciarlos igual que un chivato que busca su salvación en la Operación Z señalando incluso al mismísimo Mariano Rajoy.

Gerardo Crespo con cara de pocos amigos a la salida del juzgado 

Otro sobrevalorado personaje parece ser el César de los alcaldes koruñeses, Paco Vázquez, del que siempre se rumoreó sus chanchulleos en negocios inmobiliarios sin que a día de hoy nadie haya podido demostrar nada. De momento, nos quedamos con la denuncia del Ayuntamiento que acusa a Vázquez y 6 concejales de haber despilfarrado el dinero en la urbanización de Someso, unos 43 millones de euros en distintas indemnizaciones. Habrá que ver que ocurre en el caso del emblemático edificio del kuruñesismo vazquista Conde de Fenosa, un símbolo que por sus irregularidades debe ser derruido.

En el centro Edificio Conde de Fenosa

Pero también hay para los alcaldes más recientes y sus partidos políticos, metidos de lleno en el caso Pokémon. Negreira intenta por todos los medios que no se le vincule con los negocios que hacía la empresa Vendex con el Ayuntamiento, aunque son muchas las pruebas que demuestran la implicación de varios miembros de su partido en la trama.

Por último habrá que ver lo que pasa con otro de los grandes hombres de los recientes años dorados de Koruña, Augusto César Lendoiro que ha dejado arruinada a la centenaria y principal entidad deportiva de la ciudad tras sus años más exitosos. Otro ejemplo de hiperdesarrollo con final catastrófico.Tino Fernández parece tener bastantes problemas como para ponerse a batallar en los juzgados contra Lendoiro.