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miércoles, 16 de julio de 2025

Bañistas en la niebla

 Este martes 15 de julio, muchos koruñeses y visitantes empezaban la jornada entre nieblas matinales suaves, como las que a veces se cuelan por la ventana sin hacer ruido. Sin embargo, al avanzar la mañana, el cielo se fue abriendo y el sol se coló por encima de los tejados, animando a cientos de personas a acercarse a los arenales de Riazor, Orzán y Matadero. Toallas, sombrillas, olor a crema solar, gente bañándose, niños corriendo... lo que viene siendo un mediodía de verano normal en Koruña.


La niebla sorprendió a los que se acercaron a dar un chapuzón a las playas de Riazor y Orzán. Foto de El Español. 

Pero a eso de las 13:30 horas, el cielo volvió a torcer el gesto. Lo que parecían unas inocentes nubes empezaron a espesarse con rapidez, hasta que una densa niebla marina lo cubrió todo en cuestión de minutos. El fenómeno fue tan repentino que desde la playa del Orzán no se podía ver ni siquiera la vecina Riazor, como si se la hubiese tragado el mar. Los edificios del paseo también desaparecieron entre la bruma, y hasta la Torre de Hércules quedó oculta detrás de un telón blanco.

El contraste fue tal que muchos bañistas recogieron rápidamente sus cosas y abandonaron la playa. Algunos lo hicieron con cara de susto, otros simplemente desconcertados, como si no supieran si volvería a llover, o si la niebla se acabaría colando en el chiringuito para pedir una caña. La humedad aumentó notablemente durante esos minutos, y la temperatura bajó ligeramente, aunque el ambiente seguía siendo bochornosamente veraniego.

Este tipo de niebla, conocida popularmente como "niebla de advección", es típica de los días calurosos en la costa gallega cuando el aire cálido del interior choca con las aguas frías del Atlántico. Se forma muy rápido, empujada por los vientos del nordeste, y suele desaparecer igual de deprisa.

Y así ocurrió: tras sembrar la confusión y hacer huir a más de uno de la playa, el sol volvió a abrirse paso poco después, iluminando de nuevo el centro de Koruña y devolviendo el calor, el paseo y las terrazas llenas.

Cabe recordar que el mes de junio fue catalogado como “extremadamente cálido” en Galicia, y que el 2024 fue, ni más ni menos, el tercer año más caluroso registrado en la comunidad, con una temperatura media de 14,7 ºC. Con estos precedentes, no extraña que cada ola de calor traiga consigo fenómenos extraños como nieblas fantasmas en pleno mediodía.

En definitiva, un susto pasajero en mitad de un día de verano que nos recordó, una vez más, que en esta esquina del Atlántico el tiempo tiene su propia agenda... y a veces se comporta como un artista caprichoso: aparece, desaparece y lo cubre todo de magia.

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