El Deportivo ya puede presumir de haber estrenado su casillero de victorias en casa esta temporada, y lo hizo de la manera que más le gusta al deportivismo: con sufrimiento, con épica y con un golazo de un canterano. Dani Barcia, defensa criado en la casa, se inventó una volea tremenda en el minuto 89 para batir a Yáñez y desatar la locura en Riazor. El Sporting de Gijón, que había hecho un partido serio y ordenado, acabó hincando la rodilla ante un Dépor que empujó hasta el último suspiro.
El equipo coruñés se estructuró en un 4-2-3-1, un sistema que recuerda a la temporada anterior y que busca dar más libertad y creatividad a sus jugadores ofensivos.
Durante los 90 minutos, el Dépor llevó la iniciativa. Con un centro del campo liderado por un omnipresente Charlie Patiño, el equipo coruñés circuló el balón con inteligencia, buscando los espacios por las bandas con Yeremay y Luismi Cruz. Sin embargo, todos los intentos se estrellaron contra una defensa sportinguista que parecía inquebrantable. La pareja de centrales asturiana, formada por Pablo Vázquez y Lucas Perrin, se mostró muy segura, y el mediocentro Mamadou Loum aportó el músculo necesario para proteger la zaga.
La decisión de Garitano de utilizar un doble lateral en la banda derecha (Kevin Vázquez y Guille Rosas) demuestra su intención de neutralizar a Yeremay, el jugador más peligroso del Deportivo. Aunque el "10" del Dépor logró pisar otras zonas del campo, esta medida fue un reflejo de la atención táctica de Garitano.
Además, el Deportivo se topó con un muro llamado Rubén Yáñez. El portero del Sporting, que ya había demostrado su valía en el inicio de la temporada, firmó una actuación memorable con varias paradas que desesperaron a la afición local. Los remates de Escudero, y Luismi Cruz fueron abortados por sus reflejos, manteniendo a su equipo en la pelea. El portero del Sporting fue sin duda el mejor de su equipo, un "muro", "segurísimo" y "inspirado". Su actuación fue crucial y evitó que el Sporting se fuera de Riazor con una derrota más abultada. Yáñez se consolida como una de las piezas más importantes del esquema de Garitano.
Un inicio con respeto mutuo
El partido arrancó con un Deportivo dueño del balón. Hidalgo había introducido hasta cuatro cambios en el once (Ximo, Patiño, Luismi Cruz y Mulattieri) buscando más frescura y chispa arriba. El plan parecía claro: acumular posesión y obligar al Sporting a correr detrás del balón. Y lo cierto es que lo logró en gran parte del primer tiempo, con casi un 65 % de posesión.
El problema estaba en la falta de profundidad. El Dépor rondaba, tocaba, abría a bandas, pero no terminaba de encontrar el último pase. Escudero y Mulattieri fueron los que más lo intentaron, pero siempre se toparon con un Yáñez muy seguro bajo palos. Enfrente, el Sporting esperaba paciente. Garitano había planteado un bloque sólido, juntando líneas y confiando en las arrancadas de Otero y Dubasin para asustar en alguna contra.
La segunda parte, un intercambio de sustos
Tras el descanso el guion cambió de golpe. Gelabert estuvo a punto de adelantar al Sporting con un cabezazo que se estrelló en el palo, y en la jugada siguiente Yeremay respondió con una internada por la izquierda que casi acaba en gol después de un tiro desde la frontal del área precedido de una rapida triangulación entre el canario y Soriano. De repente el partido se abrió, con un ida y vuelta constante que encendió a la grada.
El partido parecía condenado al 0-0. Los nervios se apoderaron del campo y las transiciones se volvieron imprecisas. Los cambios de Hidalgo, con la entrada de Stoichkov y Quagliata, buscaban la genialidad que rompiera la igualdad.
Escudero y Luismi Cruz probaron suerte desde fuera del área, pero Yáñez seguía empeñado en amargar la tarde a los blanquiazules. Zaka que salió en la segunda parte remató debilmente de cabeza que atrapó Yáñez. El Sporting también tuvo su ocasión más clara con un disparo de Corredera que obligó a Germán Parreño a lucirse con una gran parada.
La jugada que cambió todo
Cuando el empate parecía inevitable y los aficionados ya empezaban a resignarse con otro partido sin victoria en casa, llegó la jugada que cambió todo. Minuto 89, falta lateral colgada al área, rechace mal despejado y el balón que queda muerto en la frontal. Allí apareció Dani Barcia, el canterano, para enganchar un zurdazo perfecto que se coló en la escuadra. Golazo de los que se repiten en bucle y que hizo que Riazor temblara como en las grandes noches.
Bolea de barcia que hacer un extraño efecto y se la acaba tragando el imbatible Yáñez en el último minuto. Foto de Deporte Campeón. |
Un triunfo con mucho valor
La victoria no es solo un alivio para la clasificación, que también, sino sobre todo un chute de moral. El Dépor llevaba demasiado tiempo sin brindarle una alegría a su afición en Riazor y hoy, por fin, se sacó la espina. El equipo mostró carácter, insistencia y una fe que se echaba en falta.
El Sporting se marcha de vacío pese a su buen planteamiento, pero el fútbol fue justo con quien más buscó el gol. Riazor se fue a casa feliz, con la sensación de que este equipo empieza a carburar y que, si la casa se convierte en un fortín, el camino hacia los puestos nobles será mucho más llevadero.
Como nota negativa, a pesar de la victoria, el texto señala que el ataque del Dépor, con Mulattieri, Yeremay y Luismi Cruz, aún no tiene el "rodaje deseado". Crearon ocasiones (el cabezazo de Mulattieri, la volea de Escudero, el tiro al palo de Yeremay), pero les faltó el último toque. Esto sugiere que, a pesar de los esfuerzos, el equipo todavía está buscando la fórmula para convertir su dominio en goles de forma más regular.
Deportivo 1 - Sporting 0
Deportivo: Germán Parreño; Ximo Navarro (Arnau Comas, m.76), Loureiro, Dani Barcia, Escudero (Quagliata, m.67); Villares, Patiño (Stoichkov, m.67); Luismi Cruz (Cristian Herrera, m.76), Mario Soriano, Yeremay; y Mulattieri (Eddahchouri, m.60).
Sporting de Gijón: Rubén Yáñez; Kevin Vázquez, Pablo Vázquez, Perrin, Pablo García (Diego Sánchez, m.53); Nacho Martín (Mbemba, m.57), Álex Corredera; Guille Rosas (Gaspar Campos, m.46), Gelabert (Justin Smith, m.84), Dubasin (Queipo, m.85); y Juan Otero.
Gol: 1-0, m. 89: Barcia.
Árbitro: Carlos Muñiz (C. aragonés). Amonestó a Villares (m.39), Yeremay (m.54), Eddahchouri (m.67), por el Deportivo; y a Juan Otero (m.38), por el Sporting.
Estadio: Riazor, ante 25.221 espectadores.
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