Hubo una época en la que entre los parámetros económicos de una ciudad se tenía en cuenta la presencia de un Corte Inglés. Koruña llegó a tener dos, un Corte Inglés y un Hipercor, la pérdida del segundo en 2023, fue un impacto sobre la percepción socioeconómica de la ciudad, un descenso de categoría, una pérdida de posición en el ranking... equiparable a la representatividad en la Primera División del fútbol español. Ahora, el buque insignia de los centros comerciales, Marineda City, en un intento de llenar el hueco dejado por la multinacional española, se reinagura con un conjunto de establecimientos de Primera RFEF con algún fichaje de segunda o ex estrella de Primera.
Koruña pierde otro símbolo de lo que fue una época de bonanza y aspiraciones altas. Marineda City, que durante años presumió de ser “el mayor centro comercial de Galicia” y uno de los grandes del norte peninsular, ha dejado de tener a Hipercor como estandarte. Y eso, nos guste o no, tiene un peso simbólico: es la constatación de que la ciudad —como su centro comercial estrella— ha bajado de categoría.
El adiós de Hipercor no es solo el cierre de una tienda: es el fin de una era en la que Koruña soñaba con ser algo más que una ciudad bonita junto al mar. Como el Deportivo, que hace años descendió y todavía no levanta cabeza, Marineda City pasa ahora su particular travesía por Segunda.
Sin Hipercor y sin equipo en Primera División, Koruña parece vivir una lenta mudanza de categoría. Marineda rellena ahora el hueco con una larga lista de establecimientos nuevos, algunos de renombre, otros de esos que uno entra por curiosidad y sale con una vela perfumada y un bote de galletas danesas.
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| La zona reacondicionada de Marineda City. Foto de El Ideal Gallego. |
De los pasillos de lujo al bazar del descuento
El hueco que deja Hipercor se llenará con una colección de marcas que huelen más a economía de supervivencia que a prosperidad. La nueva estrella será Mercadona, que simplemente se traslada desde el parking al interior, un movimiento más práctico que glamuroso. Lo acompañan Primaprix, especialista en excedentes y rebajas permanentes, y Veritas, una rara avis ecológica que llega desde el Levante con su promesa de sostenibilidad para bolsillos menos apretados.
En el terreno de la moda, el cambio también se nota: llegan Kiabi, Pepco o Half Price, marcas que prosperan en tiempos de cinturón ajustado. El lujo deja paso al todo a mitad de precio, a la ropa barata y a los outlets disfrazados de oportunidad. Es el retrato de una clase media que, en Koruña, ya no gasta lo que gastaba ni compra donde compraba.
Una nueva estética del abaratamiento
Donde antes brillaban los escaparates de grandes marcas, ahora florecen los bazares de diseño nórdico como JYSK, los catálogos de menaje de MGI o los universos “para toda la familia” que convierten el consumo en un pasatiempo de fin de semana. Todo es más accesible, sí, pero también más homogéneo, más gris, más parecido a cualquier otro polígono comercial de España.
El visitante que antes paseaba entre Hipercor, Zara Home o Media Markt ahora se encuentra con un paisaje de precios tachados, luces LED blancas y carteles de “Aprovecha la oferta”. El glamour ha salido por la puerta y ha entrado el low cost con toda su naturalidad.
Entre hamburguesas y cafés con nombre mal escrito
En restauración, las novedades son también un espejo del cambio: Vicio, Bombon Boss y Starbucks se reparten el deseo de una clientela que ya no busca experiencia, sino refugio. Todo está pensado para pasar el rato, hacer scroll en el móvil y volver a casa con la sensación de haber “salido”.
Un símbolo de la Koruña actual
La desaparición de Hipercor no debería pasar desapercibida. Es un síntoma —y bastante visible— de una Koruña que ha cambiado de escala social. Donde antes había aspiración, hoy hay adaptación. Donde antes había consumo de prestigio, hoy se impone la cultura del descuento. Y menos mal que la cúspide koruñesa de estos centros comerciales no ha corrido la misma suerte que algunos de los que le precedieron, infraestructuras abandonadas o en proceso de ser cerradas.
Marineda City, ese espejo del koruñés medio, refleja lo que somos: una ciudad que sobrevive, pero que ya no presume.
Quizá el único detalle que conserva un brillo nostálgico sea el Dépor presentando sus nuevas equipaciones en el mismo centro que ha visto bajar su categoría. Dos símbolos, un mismo destino: intentar recuperar lo que fuimos… aunque sea con un café latte en la mano y una bolsa de Primaprix colgando del brazo.
Si no te quieres perder los actos que se harán para la reinaguración de la nueva Marineda City tienes una cita enla apertura de sus puertas el próximo viernes 24 de octubre.
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