En los últimos 20 años se han sucedido varios gobiernos con el PSOE, BNG, PP y La Marea Atlántca. En la I Feria das Industrias e Creativas CoruñART, celebrada ayer, se han reunido cuatro de los responsables del área de cultura y han debatido sobre lo que han hecho duranre las útimas décadas, desde 2003 a 2019.
Un debate con memoria en el mercado de San Agustín
El mercado de San Agustín, habitualmente lleno de aromas marineros y conversación vecinal, se convirtió este sábado en un pequeño ágora de ideas. Allí, entre puestos y recuerdos, cuatro responsables de la política cultural koruñesa —representando a todos los gobiernos municipales entre 2003 y 2019— se sentaron a debatir sobre lo hecho, lo que se olvidó y lo que aún queda por imaginar. Fue uno de los encuentros más esperados de la Feira das Industrias Culturais e Creativas CoruñART, un evento que busca poner en valor la creatividad local y repensar el papel de la cultura en la ciudad.
| Carlos González Garcés, María X. Bravo, Roberto Coira, José Manuel Sande e Isabel Bravo, ayer. | | C. P. |
Los años del ladrillo y la gran apuesta institucional
«Partimos de que no había nada», sentenció Carlos González Garcés, concejal socialista entre 2003 y 2007, recordando cómo la llegada del PSOE con Francisco Vázquez al poder, allá por los ochenta, supuso levantar buena parte de la infraestructura cultural que hoy define a Koruña: el Coliseum, el Palacio de la Ópera, el Fórum Metropolitano, el Kiosco Alfonso, la Fundación Luis Seoane, y una red de museos científicos y bibliotecas que acercaron la cultura a todos los barrios. Fue una etapa de construcción —en todos los sentidos— que colocó los cimientos de la actual vida cultural.
El derecho a la cultura y la ciudad que lee
En 2007, el testigo pasó a manos del BNG, con María Xosé Bravo al frente de la Concejalía de Cultura. Bravo defendió una idea clara: «a cultura é un dereito». Buscó democratizar el acceso y hacer partícipe a la ciudadanía. De su etapa nacieron campañas como “A Coruña, cidade que le” y proyectos innovadores como abrir la antigua cárcel provincial a actividades culturales, cuando aún se soñaba con convertir ese espacio en un símbolo de transformación social. «A plantilla municipal é das mellores que pode haber», subrayó, reivindicando el trabajo silencioso de quienes sostienen la vida cultural día a día.
La crisis, la contención y el Ágora
Con la llegada del PP en 2011, la música cambió de tono. Roberto Coira, en representación de aquel gobierno, recordó que fueron años «muy duros», con una crisis que obligó a pedir créditos incluso para pagar a proveedores culturales. Aun así, su equipo sacó adelante proyectos como la apertura efectiva del Ágora, un espacio que se ha convertido en referencia para asociaciones, colectivos y compañías locales, y apostó por atraer espectáculos de “primer nivel” a las fiestas de la ciudad. Una etapa de contención económica, pero también de mantener el pulso cultural en tiempos difíciles.
Descentralizar y abrir las ventanas
En 2015 llegó la Marea Atlántica con José Manuel Sande al frente de Cultura. Su visión fue la de una ciudad que respira cultura más allá del centro. Impulsó la descentralización, llevando actividades y conciertos a nuevos escenarios, como ocurrió con el Noroeste, que expandió su mapa sonoro. También integró a entidades ciudadanas en la programación municipal, buscando un diálogo constante entre instituciones y base cultural. Entre lo que quedó pendiente, Sande reconoció tres asuntos claves: la municipalización de las bibliotecas, la recuperación del Palacio de la Ópera y la mejora del IMCE.
Reproches y puntos de encuentro
El debate, moderado por la periodista Isabel Bravo, no evitó las fricciones. Bravo criticó la falta de continuidad entre gobiernos, Coira lamentó los altos costes de mantenimiento de las infraestructuras —«podemos tener un Ferrari, pero hay que echarle gasolina»—, y Sande señaló irregularidades en procesos culturales como el concurso de la Fundación Luis Seoane. Todos, sin embargo, coincidieron en un punto: la necesidad de reforzar la colaboración entre administraciones, especialmente en lo relativo al Consorcio para la Promoción de la Música y la Orquesta Sinfónica de Galicia, orgullo cultural de Koruña que, pese a los éxitos, reclama una financiación más estable.
Una feria que suena a futuro
El debate fue solo una parte de una jornada intensa en la Feira CoruñART, que reunió a profesionales de la música, la fotografía o la ilustración. Hubo talleres, charlas, y actuaciones como las de Luis Moro y Carlos Bau, además del pregón leído por Lúa Mosquetera. Una fiesta del talento local que recordó que Koruña, más allá de las siglas y los presupuestos, sigue siendo una ciudad con alma cultural. Una ciudad donde las ideas, como el mar, nunca dejan de moverse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tú Koruño o simpatizante de Koruña City cuál es tu opinión???