La gestión de la alcaldesa Inés Rey vuelve a estar en el ojo del huracán. A la larga lista de proyectos fallidos o con ejecuciones fuera de plazo se suma ahora el polémico mercadillo de Navidad en la Plaza de María Pita, que ha pasado de ser un "plato fuerte" de las fiestas a un foco de críticas ciudadanas y una fuente de tensión con el Gobierno local.
Un mercadillo "no navideño" y lleno de "chapuzas"
El poblado navideño se ha convertido rápidamente en un dolor de cabeza para el Ejecutivo municipal. Los problemas se han sucedido desde el inicio:
Retraso en el Montaje: La instalación no estuvo lista a tiempo, dificultada, según el Ayuntamiento, por el viento y el encendido de luces.
Contenido Desacertado: El público ha criticado duramente el contenido, tildándolo de "poco navideño". Se ha reportado incluso la necesidad de retirar un puesto de sartenes y la presencia de un cerdo abierto en canal como parte de la oferta. Las quejas sobre supuestas "chapuzas en el montaje" de las casetas han llovido en redes sociales.
Incumplimiento de Pliegos: La propia regidora admitió su "indignación", señalando que el resultado inicial "no es lo que nos vendieron". Rey explicó en Radio Voz que los pliegos exigían 42 casetas para productos navideños con un "estilo centroeuropeo", características que la empresa adjudicataria no cumplió.
El descontento popular es palpable, con lectores que acusan al Gobierno de "inoperancia" y de montar un "bodrio que sufre el pueblo". Las comparaciones en redes han sido demoledoras, pasando de la promesa de ser el "mejor mercadillo de España" a una "feria medieval sin gusto".
La Respuesta Explosiva: "estercolero" y "cobardes acomplejados"
En lugar de limitarse a asumir la responsabilidad política por la mala ejecución del contrato, la alcaldesa Inés Rey optó por una dura réplica contra sus críticos, elevando el tono de la polémica.
En declaraciones para el programa 'Cita en María Pita', Rey arremetió contra quienes difunden las críticas en internet:
💬 "No gobierno para las redes sociales, que según qué perfiles son un estercolero y una barra de bar a las cinco de la mañana, con los tres que quedan ahí apoyados."
💬 "Tenemos esa banda de cobardes acomplejados que deciden utilizar las redes sociales para difamar, insultar y generar mal ambiente."
La regidora afirmó que quienes la critican por redes, "luego, cuando me ven por la calle, bajan la cabeza porque les da mucha vergüenza", recriminando su falta de valentía. Incluso dedicó un "abrazo muy fuerte a esos haters" que se dedican al "noble arte del insulto y la difamación" pero que son "auténticos cobardes" en la vida real
.
Las críticas arrecían
El naufragio del María Pita Express: crónica de un mercadillo que ni Viena, ni Alsacia, ni ganas
Las redes sociales hicieron su magia habitual: el Concello anunció un mercadillo navideño “como los europeos” y, en cuanto se mencionó la palabra “Viena”, Internet entendió “Viena + Alsacia + Budapest + la magia de Disney”. Total, que medio Koruña se pensó que iba a pasear entre casetas de madera recién cortada en los Alpes, coronadas por nieve artificial y olor a vino caliente. Dos meses después, lo que tenemos es kebab, sartenes, fósiles marroquíes, un cerdo empalado y una plaza que parece estar en plena mudanza.
“Solo faltaba el temporal”, dirá alguien. Y efectivamente, llegó el temporal, como si la naturaleza hubiese querido poner su propio plot twist y decir: “Esto yo os lo cierro dos días, que merece reposo”. El Ayuntamiento insiste en que el montaje no está terminado, que faltan luces, decoraciones, plantas, magia y, probablemente, dignidad. Que todo es culpa del temporal y del encendido con Bebeto, al que le hicieron hueco porque reunió a 10.000 personas. Muy bien. Pero si hay 10.000 personas mirando luces, quizá no es el mejor momento para esconder casetas pobres con cables colgando y tuberías por el suelo.
Los comerciantes lo resumen con precisión quirúrgica: “Esto no es lo que nos enseñaron”. Y no fueron pocos los que, tras ver las imágenes “preciosas” del proyecto original, se quedaron con la mandíbula desencajada al ver el resultado final. El chef Pablo Gallego, con la sinceridad de quien huele a madera quemada desde su restaurante en Troncoso, dice que el mercado “parece una feria medieval sin gusto”. Otro vecino remata diciendo que esto “más que Viena es Villaperralleira”. Y en Babylon Viajes confirman que, en Zaragoza, hasta tienen un tobogán de nieve y un Belén de época. Aquí, en cambio, tenemos un puesto que vende sartenes al lado de un fósil, que al lado tiene a un cerdo empalado. Si Kafka hubiera nacido en Monte Alto, escribiría sobre esto.
La oposición, claro, se ha puesto las botas. El PP pregunta en pleno por qué lo anunciado como “la referencia del noroeste peninsular” ha acabado siendo “unas casetas pobres, sin iluminación”. Jorquera, desde el BNG, lo resume con elegante precisión gallega: “Está moi por debaixo das expectativas”. Traducido al idioma coruñés llano: un desastre.
Mientras tanto, el pueblo —siempre sensato— tiene su propia encuesta: el 85% suspende el invento. El 10% aprueba (posiblemente familiares de los que montan las luces). El 3% da sobresaliente (quizá turistas despistados). Y un 2% reparte notables, seguramente porque no han visto el cerdo empalado.
Por redes sociales, María González sentencia: “Si quieres ambiente navideño, vete a Vigo”. Y otra lectora, Mara, resumió la tragedia con una claridad que duele: “Menos mal que tenemos Navidad en Zara”. Cuando la postal navideña oficial de una ciudad pasa a ser una tienda, tenemos un problema estructural.
Y aquí es donde entra el dibujo alegórico: Inés Rey, agarrada al timón de un barco que hace aguas frente a la Torre de Hércules, simbolizando la deriva de un gobierno que promete Viena y entrega Villabajo. El María Pita Express sigue hundiéndose, y la regidora, indignada, asegura que ella también está sorprendida. Que la culpa es del temporal, del montaje, de la alineación de los planetas… pero nunca del Ayuntamiento, que es quien aprobó, firmó y supervisó cada caseta, cada cable y cada tubería.
Y mientras Koruña, con su amor propio herido, mira la plaza con la ceja levantada, queda la pregunta esencial:
¿Volveremos a tropezar con la misma caseta el año que viene?
Conociendo el percal… llevad salvavidas.
Crítcas de los Lectores de La Voz de Galicia
El Mercadillo navideño de María Pita prometía ser tan europeo que casi olía a vino caliente y pretzels. Pero al final aquello quedó más cerca de “feria medieval con resaca” que de Bruselas. Y en esto aparece Inés Rey, «indignadísima», como si se hubiera encontrado la sorpresa en su propio roscón. «¿Y qué nos importa que la alcaldesa esté indignada?», pregunta un lector de La Voz. «Que asuma responsabilidades y se deje de tanto egocentrismo». Pues eso.
| El cerdo abierto. Foto de El Ideal Gallego. |
La postal soñada acabó siendo un collage de casetas mal puestas, adornos de Aliexpress y un cerdo abierto en canal que algunos vecinos aún ven cuando cierran los ojos. «Otra chapuza más del Ayuntamiento», dicen los comentarios, como si ya les diera pereza hasta enfadarse. Y uno remata: «Esto es de juzgado de guardia». Otro pregunta lo de siempre: «¿En qué bolsillos acaban los impuestos?» La música navideña de fondo no daba para tapar tanto villancico desafinado.
| Este hombre tiene su idumentaria fija ya sea para un feria medieval o para una navideña. Foto del Ideal Gallego. |
Muchos señalan el problema estructural: adjudicar «a la opción más barata». Por lo visto, aquello de que lo barato sale caro funciona igual en las ferreterías que en los concursos municipales. Resultado: un laberinto de casetas tambaleantes que, según un lector, «ni en el mercadillo de los gitanos de los 90». Otro, más creativo, propone una solución patriótica: «Que lo monte Amancio Ortega, seguro que queda mejor».
Luego está el capítulo del hartazgo. Ese sí que está trabajado. «Entiende todo pero no hace nada», dice uno. «Balones fuera como siempre». «Discípula predilecta de Sánchez». «Un gobierno para incompetentes». La banda sonora se va poniendo áspera. Hay quien se pregunta dónde está la alcaldesa: «Solo aparecería si hubiera cámaras de televisión». Y la puntilla: «La ciudad exterior da vergüenza ajena». Un lector incluso sospecha que la regidora confundió el mercadillo con un plató de Luar.
Los más memoriosos —que en Koruña son casi todos— aprovechan para pasar lista: el tranvía histórico eliminado, la intermodal que parece de prácticas, Alvedro en modo “cada uno que vuele como pueda”, los proyectos que caducan solos, las fotos que anuncian maravillas que nunca llegan, y ahora la amenaza de perder el Mundial 2030. «Corporación municipal de segunda, proyectos de segunda», sentencia uno que probablemente ya ni pestañea al escribirlo.
Y luego llega la ironía cósmica: «Frankfurt, Estrasburgo, Coruña… el mercado navideño en Coruña tiene mucha tradición. ¿Este es el primer año o el segundo?», comenta otro desde Alfa Centauro, quizá porque desde allí María Pita se ve mejor. Otro prefiere llamar al conjunto «perralleirada», sin drama. Y hay quien, fiel a las tradiciones locales, echa en falta algo fundamental: «¿Dónde está la foto de la alcaldesa en el mercadillo? ¡Indignada dice! ¿Qué sabrás tú de indignación los que te pagamos el sueldo!»
Entre tanta tormenta, un pequeño grupo intenta aportar serenidad: si la empresa no cumplió, que no se le pague. Pero incluso eso suena a cuento de Navidad sin final feliz. Porque la pregunta esencial persiste como una estrella fugaz que nadie quiere mirar de frente: ¿quién aprobó esto?, ¿quién supervisó?, ¿quién firmó? Y un lector lo deja clarísimo: «La responsable última es la misma que ahora dice sentirse engañada».
De "sartenes y chorizos" a "vergüenza y desastre"
Los nuevos comentarios de los coruñeses confirman el fiasco del poblado navideño, que definen como un "feirón cutre" y una "burla":
| El muy navideño puesto de Kebabs. Foto de El Ideal Gallego. |
Pérdida de Identidad Navideña: El mercadillo se burla del concepto europeo, exhibiendo productos como "sartenes, kebab, artesanía, comida, chorizos y quesos" en lugar de artículos navideños.
Crítica al Contratista y al Ayuntamiento: Se señala directamente a la empresa (mencionada por un lector como "estos de Ximenez") y al Ayuntamiento. Las quejas van desde la falta de decoración hasta la posible "incumplimiento grave de las normas de seguridad" por la presencia de cables de corriente sueltos.
Presupuesto Cuestionado: Hay sospechas sobre el destino de los impuestos, preguntándose "en qué bolsillos acaban los impuestos de los coruñeses" y si el presupuesto se ha ido en "traer a Bebeto y hacerle una figurita al archiconocido Xoel López" (aludiendo al "postureo" frente a la gestión efectiva).
El sentimiento general se resume en: "Es vergonzoso", "Vergüenza y desastre es poco" y el hastío ante la falta de "previsión ni autocrítica".
La Diana se Pone en Gonzalo Castro y el Equipo de Gobierno
El escándalo salpica de lleno a la cúpula municipal. Los lectores no solo señalan a la alcaldesa, sino que dirigen la crítica al Concejal de Fiestas:
"El concejal de fiestas ya la lio este verano con los conciertos y lo ha vuelto a hacer ahora con la decoración navideña... Pide a gritos que lo dimitan."
Hay una sensación de que los problemas son un reflejo de una incompetencia generalizada en las Concejalías:
"La alcaldesa Dña Inés Rey debería dar alguna explicación y el concejal de fiestas, turismo etc D. Gonzalo Castro también. A ambos y a alguno más, los puestos que ocupan les quedan grandes."
La mala gestión del mercadillo es vista como un síntoma de una ciudad "sucia, llena de baches, que ha perdido su relevancia", reflejo de un "Desgobierno de mediocres incompetentes".
El mercadillo de María Pita, con sus sartenes y su desorganización, queda así como el ejemplo más reciente de un equipo de gobierno al que el ciudadano exige responsabilidad, dimisiones y un cambio en la gestión municipal.
Al final, el mercadillo es solo el síntoma de un mal viejo: a Koruña le funcionan los PowerPoints, los anuncios, las fotos con sonrisa y las maquetas en 3D. Lo que se le atraganta es la realidad, esa cosa tozuda que exige hacer las cosas de verdad y no solo enseñarlas. Y los koruñeses ya no están para cuentos.
La ciudad pide algo sencillo: que no se tropiece siempre con la misma caseta.
Y, por favor, que este año no nos la vuelvan a meter doblada… que ya no entra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tú Koruño o simpatizante de Koruña City cuál es tu opinión???